El arte, dicen, está en el ojo del espectador. Lo cual es una buena manera de decir que es lo que tú quieras que sea. Pero yo no creo eso.

Aunque no tengo una perspectiva objetiva (nadie la tiene), y la mía es una sola opinión, creo que hay es tal cosa como arte bueno y malo.
Quizá sea pedir demasiado que etiquetemos el arte como «bueno» o «malo», o quizá parezca demasiado restrictivo. Eso está bien, supongo; No quiero imponer mis estándares artísticos a otra persona, ni agradecería que fuera al revés.
Pero que es no está bien llamar a algo «arte» cuando no lo es, cuando es, de hecho, otra cosa.
Arte versus entretenimiento
Mi amigo Esteban señaló recientemente, citando a Makoto Fujimura creo, que la diferencia entre arte y entretenimiento es sutil, pero importante:
El entretenimiento te da un placer predecible… El arte lleva a la transformación.
Si eso es cierto, entonces podemos tener un problema, porque lo que mucha gente llama “arte” no nos está cambiando. En el mejor de los casos, nos entretiene, adormece nuestros sentidos y nos embriaga con las realidades del mundo. Cual es no el punto.
Se supone que el arte transforma:
- Sorprende.
- Duele.
- Cambia.
El entretenimiento nos hace sentir bien. No nos sorprende; cumple con nuestras expectativas. Y por eso nos gusta el entretenimiento: nos mima.
Pero el problema con el entretenimiento es que nos deja sin cambios. Y necesitamos desesperadamente que nos cambien, nos demos cuenta o no.
El arte, en cambio, nos transforma. ¿Cómo? Nos hiere, nos rompe el corazón, nos hace llorar y revela nuestras propias insuficiencias.
El arte nos obliga a elegir. Hace exactamente lo que no esperamos, y así es como nos cambia. Así que la pregunta, querido artista, es:
¿Estás creando un trabajo predecible que no sorprende, que no hiere, que no cambia? cualquier cosa?
Entonces, ¿qué estás creando? Puede ser propaganda. Puede ser publicidad. Incluso puede ser entretenimiento. Pero probablemente no sea arte.
¿Qué piensas? Comparte en los comentarios.