Un buen escritor no puede evitar tener conciencia social. No me refiero a pequeños escritos, sino a un gran libro. Si es un libro grande, tiene que haber más de una resaca.
Toda mi escritura trata sobre el reconocimiento de que no existe una realidad única. Pero lo bonito es que sigues adelante, caminando hacia la utopía, que puede que no exista, por un puente que puede terminar antes de llegar al otro lado.
También hubo críticas crueles por parte de mujeres, pero el tono de los críticos masculinos, a veces histérico, fue diferente. He sufrido, pero no quiero dar nombres, pero ha habido hombres que han parecido querer destruirme a mí oa mi escritura, hombres que ni siquiera conozco.
Creo que hay una rabia contra las mujeres. He llegado a ver eso ahora aunque en ese momento no me di cuenta. Estaba preocupado por mi enseñanza y mi escritura.]